18 noviembre 2010

ReBlog

El siguiente post lo escribió Corina Contaris, una de mis mejores amiga. Como ella, creo que hay cosas que no se hacen. No se juga con la gente, menos con los seres hermosos, nobles y especiales. Esas personas dedicadas a jugar, luego se convierten en juguetes que todos manosean, que todos destruyen y olvidan.

A Cori.

Lo que no dije... y no se hace

A Laura y Jorge, por todas las cenas

No se hace. Decir una cosa y hacer otra. No se juega con la gente, no se le cree fuerte y por ello capaz de soportarlo todo.

No se hace. Ir y venir. Este jaloneo absurdo de ser dulce e indiferente, apasionado y frío. No se pretende que la otra persona baile el ritmo que la otra decide. 

No se hace. Pensar que la otra persona es incondicional. Que está y estará allí siempre, utilizarla para saber qué se siente y cómo se siente, este experimento emocional que lastima.  

No se hace. Ser políticamente correcto y besar sin ganas. Tocar sin hacerlo con todo lo que se es. Entrecruzar la mano y soltarla. No se vale la culpa, no sirve la diplomacia. No valen los términos medios, los matices de gris.   

Mucho menos conmigo. 

Que sí soy vulnerable y me cansa el jaloneo.
Y me duele, tanto que cuesta respirar. 

Y me muero de ganas, y beso hasta desgastarme. Y soy cualquier cosa menos políticamente correcta. Cualquiera. 

Es porque hay temas que no se negocian. 

Como la princesidad, las ganas de correr en la playa, la sonrisa. Los colores. Besarme y tomarme el rostro. No se cede. Se deja de ser, se pierde el espíritu.  

Ni blanco, ni gris, ni negro.

Multicolor, con todo lo que eso implica.

1 comentario:

Isa Peña O`conn dijo...

Si, no se hace!, deja secuelas, rencor y lo peor desconfianza tremenda desconfianza y a algunas (servidora) la autoestima por el suelo.